Hoy, 11 de febrero, es el Día Mundial del Cine y aprovechando la coyuntura, os vengo a recomendar 8 películas de temática de aviación que tenéis que ver al menos una vez en la vida.
«7500: Avión secuestrado» (2019)
Tobías es el joven copiloto de un avión que es secuestrado por unos terroristas. Tendrá que tomar muchas decisiones sin poder contar con la ayuda del comandante.
El protagonista está en una encrucijada personal y profesional ya que una de las tripulantes de cabina que se está enfrentando a los secuestradores es su mujer. Disponible en Amazon.
«Sully» (2016)
Basada en hechos reales. Chesley “Sully” Sullenberger es un comandante estadounidense que se convirtió en héroe en enero de 2009.
El vuelo 1549 de US Airways despegó de LaGuardia y el avión amerizó minutos después en el Río Hudson por el impacto de una bandada de gansos en el ascenso. No hubo que lamentar víctimas. Disponible en HBO Max.
Hace días publicaba este tweet en mi perfil: «Si estás triste, viaja. Si estás feliz, viaja. Si te han roto el corazón, viaja. Si estás enamorado, viaja. Si quieres aprender, viaja. Si quieres conocer gente, viaja. Si quieres experimentar cosas nuevas, viaja. Si quieres abrir tu mente, viaja. Viaja, viaja, viaja.»
Las respuesta que me dieron, entre otras, fueron: «Págamelo», «para eso se necesita dinero…», «no tengo dinero». Así que aquí viene una breve explicación de «viajar como estilo de vida» sin necesidad de ser millonario.
Está claro que yo ahora mismo gracias a mi trabajo puedo viajar con muchas más facilidades y a mejores precios que alguien que no se dedique a la aviación. Pero no siempre trabajé volando, no siempre tuve una nómina aceptable, no siempre tuve ahorros… y viajé igualmente. A día de hoy es muy sencillo viajar con poco presupuesto. Cuando todavía estaba en 4º de carrera hice un viaje low cost a Italia y Grecia con una amiga. El lugar de reservar alojamientos a través de Booking, lo hicimos a través de Couchsurfing, con lo cual el coste de hospedarnos en las distintas ciudades que visitamos fue de 0€. ¿Qué es Couchsurfing? Ellos se definen como «una comunidad global de viajeros y anfitriones».
Puedes viajar a lo largo y ancho del planeta quedándote en casa de gente local que te abre las puertas de su casa y, si quieres, comparten contigo la experiencia del viaje. ¿Qué hay mejor que conocer un lugar con alguien local? ¿Qué mejores recomendaciones vas a conseguir? Para viajar no hace falta dormir en hoteles 5*, ni volar en Business Class… Cambia el chip. Si te sale muy caro un vuelo directo, economiza haciendo una escala (incluso un par). Si no te hace gracia lo de Couchsurfing, comparte habitación en un hostel o busca un Airbnb baratito.
Quizás para ti es más importante tener el móvil último modelo, un coche de alta gama y pedir comida a domicilio cada día. Para mí es más importante tener un dinero guardadito para viajes y escapadas. Si se quiere viajar barato, se puede. Aprovecha las oportunidades que se te brindan. Yo lo hice en la universidad con dos becas de movilidad: la Sicue-Séneca y el Erasmus. También trabajé como au pair, ¡no veas qué viajes low cost hice en esas épocas sin tener un chavo!
Una de las preguntas que más me hacéis las compañeras por Instagram es que qué tipo de zapatos uso para volar (os recuerdo que nosotros no decimos «trabajar» si no «volar», así que esto no quiere decir que los zapatos que os voy a recomendar sean voladores ni nada por el estilo…😂).
En mi aerolínea nos dan zapatos como parte de la uniformidad, pero podemos llevar otro modelo si nosotros queremos. Normalmente en la mayoría de aerolíneas, las mujeres, tenemos dos opciones de tacones: unos más altos que se usan para embarcar, desembarcar y caminar por la terminal del aeropuerto, y otros más bajos que denominamos «zapatos de servicio».
Una vez que se cierran puertas, se hace la demostración de emergencia a los pasajeros y despegamos, nos cambiamos los zapatos altos por los bajos, para empezar con el servicio a bordo («pasar el carro», como decimos coloquialmente) y estar más cómodas.
A pesar de que los que nos ponemos para trabajar en la cabina son más bajos, siguen siendo zapatos de tacón y después de 12h de pie también molestan. La altura de los tacones depende de las normas de cada compañía, suele haber un mínimo para ambos tipos. Algunas empresas se los dan a los trabajadores como parte de la uniformidad, y otras no.
Sofie Feregrino (MEX 1992) es una mujer en constante evolución, trabajadora, luchadora y perseverante. Ha volado para tres aerolíneas distintas como sobrecargo (tripulante de cabina que le denominamos en España), actualmente es instructora en una escuela de TCPs en México y además está estudiando para dar el salto del galley al cockpit como piloto comercial.
Por si fuera poco, cada día entretiene a su audiencia en sus perfiles sociales, compartiendo consejos acerca de la profesión de la azafata de vuelo, su estilo de vida, viajes e información valiosa del sector de la aviación. Con más de 15.000 suscriptores en YouTube y 22.000 en Instagram esta mexicana es una mujer imparable.
Pregunta – ¡Preséntate! Queremos conocerte un poco mejor 😊.
Respuesta – ¡Hola! Yo soy Sofie Feregrino, tengo 28 años y soy originaria de la Ciudad de México. Llevo casi 5 años como tripulante de cabina, sin embargo llevo toda mi vida en el medio gracias a mi mamá que voló durante 23 años en Mexicana de aviación. He estado en tres aerolíneas a lo largo de mi carrera: la mejor aerolínea de bajo costo en México, la aerolínea bandera de mi país y la mejor aerolínea de Medio Oriente en la que podría trabajar.
Sofie en Abu Dhabi.
P – ¿Por qué elegiste tripulante de cabina como tu profesión? ¿Qué fue lo que te motivó?
R – Más que la profesión, me atrajo más el estilo de vida que toda mi vida conocí. Esa libertad de horario, donde tu vida cambia cada mes, y no se vuelve tan rutinaria como con otras profesiones. Yo elegí este trabajo después de estudiar durante 5 años Ingeniería en Negocios en una de las universidades más top y desgastantes mentalmente, terminé drenada y busque un cambio en mi vida. Porque mi alma es nómada, busco siempre el cambio y el viajar llena mi corazón.
Sofie como estudiante de piloto
P – Sofie tienes un currículum de altura y además eres una mujer todoterreno; ingeniera, tripulante de cabina, estudiante de comunicación digital y ahora piloto comercial… ¿cómo lo gestionas todo? Si solamente pudieses elegir una de tus «versiones», ¿cuál sería?
R – La verdad es que la constante preparación y superación personal es algo que me hace ser yo. He vivido todo lo que mencionas, y al preguntarme qué elegir, elegiría mi presente porque es lo que soy ahora, lo demás me hizo llegar hasta aquí. Y mañana, me elegiría de nuevo porque todos los días cambiamos y, en mi caso, elijo ser mejor que ayer.
El challenge viral del cambio de look conocido como «Don’t rush»se puso de moda en redes cuando estábamos todavía viviendo el confinamiento más hermético. Este reto, adaptado al sector de la aviación, unía a tripulantes y pilotos de todo el mundo y de muchísimas aerolíneas diferentes como un movimiento por la situación que se estaba viviendo.
Consistía en grabar un vídeo, con la canción homónima como único sonido, mostrar una primera imagen del tripulante (o piloto) con ropa de estar en casa y una vez que se tapaba la cámara (con el pasaporte, con una brocha de maquillaje, con la mano…) la siguiente imagen nos mostraba a la persona ataviada con el uniforme lista para ir a volar.
Los hashtags del tipo #VolveremosAVolar imperaban en las redes sociales mientras al challenge del «Don’t rush» se unía más y más gente. Fue gracias a este reto cuando conocí a Paola Villa (en ese momento @paoolacp en Instagram) ya que me ofreció participar en el vídeo que ella estaba montando con compañeras de diferentes aerolíneas.
Me encantó su idea y que hubiera pensado en mí y grabé el reto para participar en el vídeo de Pao a principios de abril utilizando TikTok, y ese challenge es el primer vídeo en mi perfil de la app china.
Fue en aquel momento, hace más o menos seis meses, cuando conocí a Pao (actualmente @vuelaconpao), y debía tener unos 2.000 seguidores en su cuenta de Instagram, si no recuerdo mal; ahora tiene la friolera de 55.000. Pero su crecimiento meteórico no ha llegado por Instagram sino por TikTok, donde hace vídeos casi a diario para su millón de fieles seguidores y acumula 40,2 millones de «me gusta».
Hace unas semanas les preguntaba por Twitter a mis seguidores que cuál era el motivo más surrealista por el que un pasajero se les había quejado, les contaba el mío y les invitaba a que compartiesen sus experiencias.
Repetí la misma pregunta por Instagram y en vista del éxito he recopilado por aquí todos los testimonios.
Vuelo MAD-FUE. La pasajera se queja del retraso y dice «2h de retraso y 2h de vuelo, ¡4h tarde! ”.
¡Aquí una de tierra! A mí lo más surrealista que me ha pasado fue embarcando un BCN que llegó un compi del filtro de seguridad con un pax… y en sus manos… ¡¡UNA MOTOSIERRA!! Que si podía subirla al avión preguntaba el pax… El pobre compi del filtro ya no sabía como explicárselo y acudió a puerta en busca de ayuda.
Que los motores del avión hacían mucho ruido, y que si no había manera de detener el ruido. Le dije que era preferible que siguieran haciendo ruido, por el bien de todos.
La primera vez que visité un médico aeronáutico fue en noviembre de 2015, un mes antes de empezar el curso para conseguir la certificación de tripulante de cabina de pasajeros (TCP) o como le decimos habitualmente -y de manera errónea- la «licencia».
Me desplacé desde Santiago de Compostela (mi ciudad natal y en la que estaba de paso hasta conseguir el trabajo para volver a Barcelona) a Madrid porque en principio el curso lo iba a hacer en la capital española (después hubo un cambio de planes y acabé haciéndolo en Barcelona).
El reconocimiento no fue muy largo, la clínica estaba en un piso de un edificio madrileño con solera y allí solamente estaba yo para ser reconocida. Una vez lo terminé pagué unos 100 euros y creo recordar que a los pocos días el certificado médico de AESA me llegó por correo a mi domicilio en Galicia.
Hace un par de semanas volví a someterme a la evaluación aeromédica ya que mi certificado caducaba en breve. A los cinco años (hasta los 40 años de edad) es cuando los tripulantes debemos repetir este examen médico para renovar nuestro certificado, conseguir el «apto» y seguir volando.
En España tenemos muchas cosas que merece la pena conocer. Ya sea la historia, nuestra reconocida gastronomía, los paisajes únicos o las singulares tradiciones que hacen que los extranjeros nos sitúen en el mapa.
Pero lo que verdaderamente es digno de mención es nuestro riquísimo idioma, lleno de matices y diversidad, y en concreto nuestro refranero, porque… ¿qué sería de nuestras conversaciones sin un recurso como los refranes? Yo los llamo «pequeñas píldoras de sabiduría popular».
Hoy vengo a darle una vuelta a nuestro recurrente refranero para enmarcarlo en el contexto aeronáutico. ¡Espero que os guste! Si tenéis alguno más que añadir estaré encantada de leerlos en los comentarios de este post 🤗.
Hoy os traigo un post diferente con una protagonista cuya historia me fascinó desde que la «descubrí» en Instagram. Me ha parecido interesante compartir su experiencia, tanto a bordo de los aviones como gestionando su comunidad online al frente de @aerocrissi.
Cristina estrenó sus alas en el año 2008 en Air Europa y nunca dejó de volar. Tras su paso por Air Europa vino Clickair, más tarde la fusión con Vueling y hasta la llegada de la pandemia Norwegian era la aerolínea para la que volaba.
Las andanzas de esta inquieta madrileña en las nubes se remontan al año 2006, cuando se formó en una escuela de la capital española para obtener la certificación de Tripulante de Cabina de Pasajeros (lo que denominamos erróneamente la «licencia»).
La pasión de Cristina por la aviación hizo que en 2006, mientras todavía cursaba sus estudios aeronáuticos, abriese un foro para tripulantes -ya extinto- que cosechó muchísimo éxito durante años.
Os pongo en situación, hace 14 años todavía no habían irrumpido las redes sociales como actualmente y la figura del «influencer» estaba sin acuñar porque era una profesión que no se había desarrollado. Un tímido Facebook de dos años de historia empezaba a tener adeptos en Estados Unidos, y Twitter nacía ese mismo año (2006) para revolucionar el mundo. Huelga decir que no existía Instagram (2010), ni mucho menos TikTok (2016).
La aviación comercial ha cambiado y evolucionado a lo largo de los años, igual que los uniformes que visten los tripulantes de cabina. Antiguamente el papel de la azafata a bordo estaba bastante sexualizado y a nadie le extrañaba que el atuendo que lucían las auxiliares de vuelo fuesen vestidos (o faldas) muy cortos y ajustados que no dejaban mucho a la imaginación.
Los requisitos que demandaban las aerolíneas hace varias décadas para contratar a las candidatas a azafata de vuelo distan mucho de los actuales. Además este rol era una profesión exclusiva para mujeres; a poder ser guapas, delgadas, altas y solteras. Por suerte todo esto ha cambiado radicalmente, igual que los uniformes de las aerolíneas.
Por eso en este post quiero contaros cómo ha sido la evolución de los uniformes de Iberia, la que es la compañía de bandera de España y la que más historia tiene por ser la más antigua. Fue fundada en el año 1927 y desde entonces los uniformes que visten sus tripulantes han ido cambiando y adaptándose a los tiempos a través de piezas que actualmente forman parte de la historia de la compañía.
Pero empecemos por el principio, corría el año 1946 y el panorama era devastador tras la II Guerra Mundial. En este contexto fue cuando Iberia empezó a volar al otro lado del charco con su primera ruta Madrid-Buenos Aires. Imaginaos lo largo que era el vuelo por aquel entonces si actualmente, con aviones mucho más modernos, son unas 12 horas y media de vuelo las que separan ambas capitales.
Primer vuelo Madrid-Buenos Aires en el año 1946. Fotografía de Iberia.